La mala leche que nos corroe. Por Josep Pàmies.
Josep Pàmies |
Fruto de una experiencia
vivida con mi nieta cuando tenía meses de edad, me hizo investigar las
posibles implicaciones de la leche, sobre toda de la de vaca, en el
origen de muchas enfermedades.
Mi nieta solo amamantada
con la leche de su madre, no paró hasta los cinco meses de tener
caquitas con sangre. La preocupación de los médicos llegó hasta tal
punto de tenerle que programar para los seis meses, una Colonoescopia
para poder inspeccionar por dentro el origen de los sangrados.
Finalmente nuestra hija
accedió a comer del todo ecológico y ha prescindir de los lácteos, con
el resultado extraordinario con quince días de remisión total del
problema, evitando de esta forma una peligrosa exploración como es la
Colonoescopia en estas edades.
Hemos podido comprobar
finalmente con nuestra segunda nieta, que era la leche la causante de
los problemas al provocarle otras afecciones, en este caso de la piel,
que cesaron otra vez al dejar nuestra hija de tomar leche de vaca.
He aquí algunas de las
razones que he encontrado para al menos poner en duda las bondades que
publicitan de forma engañosa sobre la leche , otra de las grandes
industrias que dominan el mundo, con una leche que ya no es como la de
antes, ni está producida en su mayoria por honrados ganaderos, sino por
macroempresas sin escrúpulos.
Un gran Lobby de
presión, el de los lácteos, que hace que los Gobiernos títeres legislen a
su favor permitiendo publicitar en un producto como la leche, infinidad
de propiedades medicinales, cuando esta vetado hacerlo para otros
alimentos con propiedades reales . Llegando al extremo contradictorio de
prohibir incluso etiquetar con sus propiedades a las plantas
medicinales. No es de extrañar pues que hagamos uso y abuso de los
lácteos con las consecuencias graves que ya empezamos a observar y a
verificar a nivel científico.
Pero estos estudios,
algunos de los cuales enumeraré, no sirven ni para prohibir la
publicidad engañosa sobre sus propiedades medicinales.
En verdad pues estamos
gobernados por ignorantes o por corruptos y en cualquiera de los dos
casos es suficientemente grave como para pasar de ellos y buscar
nosotros mismos otra forma de organizarnos, alimentarnos y sanarnos.
Porque creo que estamos ya en una fase en la cual es inútil intentar el
cambio del actual sistema político desde dentro del mismo.
Antes de comprobar
evidencias científicas de lo hasta aquí dicho, vean un video muy
esclarecedor de critica al consumo de lácteos , del Coordinador de
Reportajes de la Revista Discovery DSALUD.
ESTUDIOS ALARMANTES SOBRE EL CONSUMO DE LECHE:
—No hace mucho un
estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona demostraba la relación
entre la ingesta de leche y la modificación genética del gen K-ras que
provoca cáncer de páncreas.
Posible relación entre los lácteos y las mutaciones de un gen cancerígeno.
imagen de tumor de páncreas.
|
Un artículo científico
publicado en el número de julio de la revista inglesa Journal of
Epidemiology and Community Health sugiere que puede existir una relación
entre la ingesta de productos lácteos y la aparición de mutaciones en
un gen importante en el cáncer de páncreas, uno de los tumores con peor
supervivencia y cuyas causas son menos conocidas. El trabajo de
investigación también observó un efecto beneficioso de la ingesta de
vitamina E. Se trata del primer estudio a nivel mundial sobre la
relación entre dieta y mutaciones adquiridas en el gen K-ras en el
cáncer de páncreas, así como del estudio más grande que se ha realizado a
nivel internacional con información medioambiental, molecular y
genética en el cáncer de páncreas.
Referencias
Miquel Porta y cols.:
Food and nutrient intakes and K-ras mutations in exocrine pancreatic
cancer. Journal of Epidemiology & Community Health 2007; 61: 641-649
(julio de 2007)
Las mutaciones en el gen
K-ras son las alteraciones en oncogenes más frecuentes en el conjunto
del cáncer humano. Son muy frecuentes en el cáncer de páncreas (una
enfermedad sumamente letal cuyas causas son en gran medida
desconocidas): las presentan entre un 75% y un 80% de los pacientes. No
se sabe por qué. Sí se sabe que el gen K-ras es una "diana" muy
atractiva para algunas sustancias químicas cancerígenas. Pero en los
humanos se conoce muy poco sobre los factores ambientales y personales
que contribuyen a causar estas mutaciones en el ADN.
Las mutaciones en los
genes K-ras son adquiridas (no heredadas) y son un acontecimiento
temprano y fundamental en la génesis del cáncer de páncreas exocrino. A
pesar de ello, se ha investigado muy poco la influencia que el medio
ambiente tiene en la incidencia y en la persistencia de las mutaciones
en los genes ras en los seres humanos.
Más de cien casos
incidentes de cáncer de páncreas exocrino fueron identificados
prospectivamente y entrevistados personalmente durante su ingreso en un
hospital. El consumo de alimentos y nutrientes se midió mediante un
cuestionario de frecuencia de ingesta de alimentos. Se usó regresión
logística para comparar los 107 casos de CPE con y sin mutaciones en
K-ras.
Las mutaciones en el gen
K-ras fueron más comunes entre los individuos que consumían diariamente
leche y otros productos lácteos que en aquellos que no los consumían
diariamente.
Los resultados de esta
investigación sugieren que la exposición a algunos componentes
específicos de la dieta o a contaminantes químicos de la dieta pueden
influir en la acumulación de mutaciones en el gen K-ras en el cáncer de
páncreas.
Otro dato aportado por
la investigación es un efecto positivo por parte de la vitamina E. Según
las estimaciones de ingesta, cuanto más alto es el consumo de vitamina
E, menos frecuente es la mutación del gen K-ras.
Además, los resultados
de este estudio contribuyen a conocer mejor los mecanismos causales de
otros cánceres con una alta frecuencia de mutaciones en el gen K-ras
(cáncer de pulmón y de intestino grueso), y aporta datos relevantes para
los científicos que trabajan en carcinogénesis en humanos, dieta o
cáncer de páncreas.
Los autores principales
del proyecto de investigación son Miquel Porta, catedrático de salud
pública de la Universitat Autònoma de Barcelona, y otros investigadores
del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM), la Universidad
Pompeu Fabra y otros cinco hospitales españoles, entre ellos, el
Hospital del Mar.
Los autores quieren ser
escrupulosamente prudentes y modestos sobre las posibles implicaciones
prácticas de sus hallazgos: antes de pensar en posibles aplicaciones,
los autores insisten en que es imprescindible que se realicen otros
estudios para ver si los resultados de su estudio son corroborados o
refutados.
Dr. Miquel Porta
Departamento de Pediatría, Obstetricia, Ginecología y Medicina Preventiva
IMIM - Hospital del Mar - prbb
Otros estudios demuestran su relación con el desarrollo de:
Alergias, Anemia, Artritis, Asma, Cáncer, Cataratas, Diabetes infantil , Esclerosis Múltiple y Osteoporosis
http://www.natural-cancer-cures.com/harm-of-milk.html
Más de 50 Estudios asocian aumento de cáncer de próstata con el consumo de leche.
http://www.cancerproject.org/survival/cancer_facts/prostate_dairy.php
— Y JANE PLANT
científica y a la vez víctima del cáncer de mama, observo en un viaje a
China como sus mujeres tenían 100 veces menos de riesgo de cáncer al no
tener en su dieta la leche e ideó una dieta revolucionaria y un
estilo de vida que, ella y sus médicos creen le salvaron del cáncer de
mama, del que se recuperó tras 5 tumores diferentes.
Lácteos y cáncer de mama: una relación estrecha
Jane Plant, científica y
víctima del cáncer de mama, ideó una dieta revolucionaria y un estilo
de vida que, ella y sus médicos creen- le salvaron del cáncer de mama,
del que se recuperó tras 5 tumores diferentes.
Jane Plant
La Profesora Jane Plant
es una reconocida y respetada científica geoquímica. Cuando en 1987, a
la edad de 42 años, descubrió que tenia cáncer, su mundo se vino abajo.
Pero, a pesar de haber desarrollado cuatro tumores diferentes, Jane se
negó a rendirse. Escribió un libro sobre la experimentación que hizo
sobre su dieta y su enfermedad: "Your Life in your Hands" (Tu vida en
tus manos). Ideó una dieta revolucionaria y un estilo de vida, que ella
cree le ha salvado la vida, y que puede ayudar a otras mujeres a no caer
presas de la enfermedad.
Su teoría sigue siendo polémica - pero cada mujer debería leerla y decidir por sí misma - He aquí su experiencia:
Extracto del libro "Your life in your hands" de la Prof. Jane Plant. Editado por Virgin (UK)
"Sufrí la amputación de
una mama y me sometieron a radioterapia. Y ahora estaba recibiendo una
quimioterapia dolorosa. Me vieron las especialistas más eminentes del
país. Pero en mi fuero interno, estaba segura que me estaba enfrentando a
la muerte. Tenía un marido maravilloso, una casa preciosa, y dos hijos
jovencitos para cuidar. Afortunadamente esto me llevó a descubrir
hechos, algunos que sólo unos cuantos científicos conocían en aquella
época."
"Cualquiera que haya
estado en contacto con el cáncer de mama, sabrá que hay ciertos factores
de riesgo, como el aumento de la edad, una temprana menarquia (primera
menstruación, antes de la edad habitual), una menopausia tardía, un
historial familiar de cáncer de mama. Todos estos factores están fuera
de nuestro control. Pero hay muchos factores de riesgo que podemos
controlar fácilmente. Estos riesgos controlables se traducen en simples
cambios que todos podemos hacer en el día a día de nuestras vidas, para
ayudar a prevenir o a tratar el cáncer de mama.
La primera pista para
comprender lo que estaba causando mi cáncer de mama, vino de mi marido
Peter, que también era un científico, cuando volvió de China y me
empezaron a dar quimioterapia. Me trajo postales y cartas, como también
unos asombrosos supositorios herbales, que mis amigos y colegas chinos
me enviaban como tratamiento para el cáncer. A pesar de la terrible
situación, los dos nos echamos a reír mucho, y recuerdo haber dicho que
si esto era el tratamiento del cáncer de mama en China, entonces no
había que extrañarse que las mujeres chinas evitaran contraer la
enfermedad!
Esas palabras hicieron
eco en mi mente: ¿Por qué las mujeres de China casi no contraen cáncer
de mama? La enfermedad era virtualmente inexistente en toda China. Sólo
una de 10.000 mujeres moría de cáncer de mama, comparado con esa
terrible cifra de 1 de 12 en el Reino Unido y aún peor, la medía de 1 de
10 mujeres en la mayoría de los países occidentales.
La cuestión no es que
China sea un país más rural y con menor polución urbana. En Hong-Kong,
que es altamente urbano, la tasa sube a 34 mujeres de 10.000, pero sigue
siendo mucho menor que en Occidente. Las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki, tienen tasas similares a las de la de China, y hay
que recodar que estas dos ciudades fueron atacadas en 1945 con armas
nucleares, así que además de los cánceres relacionados con la polución,
uno se esperaba encontrar casos relacionados con la radiación. Pues no,
la conclusión que se puede sacar de estas estadísticas impacta. Si una
mujer occidental tuviera que ir a vivir a la industrializada e irradiada
Hiroshima, reduciría a la mitad su riesgo de contraer cáncer de mama.
Obviamente esto es
absurdo: Me parecía obvio que algún factor del estilo de vida no
relacionado ni con la polución, ni con la industrialización o medio
ambiente, estaba incrementando seriamente las probabilidades de contraer
cáncer de mama.
Entonces descubrí lo que
causaba la gran diferencia de las distintas tasas del cáncer de mama
entre países orientales y occidentales. NO ES UNA CAUSA GENETICA. La
investigación científica mostró que cuando chinas o japonesas se
trasladan a Occidente, en una o dos generaciones, su tasa de contraer
cáncer de mama, se acerca a las tasas de la comunidad que les acoge. Lo
mismo ocurre cuando orientales adoptan un estilo de vida completamente
occidental en Hong-Kong. Para los chinos toda la comida occidental,
incluyendo todo desde el helado, el chocolate hasta los espaguetis y
queso, es "Comida de Hong-Kong" porque allí en la antigua colonia
británica se podían encontrar todos esos alimentos, que escaseaban en la
antigua China continental.
Por lo tanto me parecía
lógico que lo que fuera que estaba causando mi cáncer de mama, y su gran
incidencia en este país (Gran Bretaña) en general, tenía que ver con
seguridad con el estilo de vida occidental. Aquí hay un punto importante
para los hombres también. He observado en mi investigación que mucho de
los datos relacionados con el cáncer de próstata conducen a similares
conclusiones.
Según los datos de la
OMS (Organización Mundial de la Salud) el numero de hombres contrayente
de cáncer de próstata en la China rural es insignificante, pues el 0.5
de hombres de 10.000. Cuando en Inglaterra, Escocia y Gales, sin
embargo, esta cifra es 70 veces más elevada.
Como el cáncer de mama,
es una enfermedad de la clase media, que ataca a los más ricos y a las
clases socio-económicas más altas, aquellos que se pueden permitir comer
alimentos ricos en calorías y en diversas sustancias.
Recuerdo haber dicho a
mi marido: "Venga, Peter, acabas de volver de China ¿en que diferencia
el estilo de vida de China con relación al nuestro? ¿Por qué no contraen
cáncer de mama? Decidimos utilizar nuestro saber científico y
utilizarlo con lógica. Estudiamos los datos científicos con relación a
las grasas de la dieta. Investigadores descubrieron, en los años 1980,
que sólo un promedio del 14% de las calorías de la dieta de los chinos
eran de grasa, comparado al 36% en la dieta occidental. Pero la dieta
que yo había seguido durante años antes de tener el cáncer de mama era
baja en grasa y alta en fibra. Además, como científica, sabia que una
dieta alta en grasa consumida por adultos no ha sido probado que aumente
el riesgo de tener cáncer de mama. Entonces un día ocurrió algo
especial. Peter y yo hemos trabajado tanto tiempo juntos a lo largo de
los años que no estoy segura quién de los dos dijo primero: "¡Los chinos
no consumen productos lácteos!".
De repente recordé
cuantos chinos eran físicamente incapaces de tolerar la leche. Como los
chinos con quién había trabajado decían siempre que la leche era sólo
para bebés, y como uno de mis buenos amigos siempre, con mucha
educación, se negaba a comer queso en las cenas a las cuales estaba
invitado. No conocía ningún chino que llevando una vida tradicional
china utilizara vaca ni productos lácteos para alimentar a sus bebés. La
tradición era de utilizar una ama nodriza, pero jamás productos
lácteos.
Culturalmente, los
chinos encuentran muy extraña nuestra preocupación occidental por la
leche. Recuerdo haberme ocupado de una gran delegación china de
científicos poco después del final de la Revolución Cultural en los años
1980. El Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino
Unido) nos aconsejó encargar un pudding que tuviera mucho helado.
Después de haberse informado en que consistía, todos los chinos,
incluido el intérprete, con muy buenos modales, pero muy firmemente,
rehusaron tomarlo, y no hubo manera de convencerlos de lo contrario. En
aquel entonces nos alegramos todos pues pudimos tomar doble ración!
Descubrí que la leche es
una de las causas de las alergias alimenticias. Más de 70% de la
población mundial es incapaz de digerir el azúcar de la leche: la
lactosa lo cual ha llevado a los nutricionistas a pensar que esto es la
condición normal de los adultos, y no una deficiencia. Quizás la
naturaleza está intentando decirnos que estamos comiendo un alimento
equivocado.
Antes de tener cáncer de
mama la primera vez, había comido muchos productos lácteos, como leche
desnatada, queso y yogur bajos en grasa. Los había utilizado como mi
principal fuente de proteínas. Para soportar la quimioterapia que recibí
por mi quinto cáncer, había estado comiendo yogur orgánico para ayudar a
mi sistema digestivo a recuperarse y repoblar mi tubo digestivo con
"buenas" bacterias. Recientemente descubrí que allá por los años 1989 el
yogur fue implicado en el cáncer de ovario. El Dr. Daniel Cramer de la
Universidad de Harvard (USA) estudió a centenares de mujeres con cáncer
de ovarios y les hizo detallar lo que comían. ¡Ojalá hubiese sabido de
sus descubrimientos antes!
Siguiendo lo que yo y
Peter habíamos descubierto con relación a la dieta china, yo decidí
suprimir no sólo el yogur sino todos los productos lácteos
inmediatamente. El queso, la mantequilla, la leche y todo aquello que
llevaba productos lácteos los tire a la basura. Es increíble cuántos
productos, incluyendo sopas, galletas, pasteles comerciales contienen
productos lácteos. Incluso algunas margarinas supuestamente de soja,
girasol, o de aceite de oliva, para untar, llevan productos lácteos.
Entonces empecé a leer con atención todas las etiquetas y la letra
pequeña.
Llegados a este punto,
estaba observando el progreso de mi quinto tumor canceroso con un
compás, anotando los resultados. A pesar del aliento y ánimo que me
daban mis médicos y enfermeras, mis propias observaciones me decían la
amarga verdad.
Mis primeras sesiones de
quimioterapia no tuvieron ningún efecto. El tumor seguía del mismo
tamaño. Entonces suprimí los productos lácteos. En sólo días el tumor
empezó a encogerse Dos semanas después de mi segunda sesión de
quimioterapia y una semana después de haber suprimido los productos
lácteos, el tumor de mi cuello empezó a picarme. Luego empezó a
ablandarse y a reducirse de tamaño. El tumor se hacia cada ve más
pequeño.
Un sábado por la tarde,
unas 6 semanas después de haber suprimido los productos lácteos de mi
dieta, palpé lo que quedaba del tumor. Ya no quedaba nada. Sí, estaba
muy acostumbrada a detectar los tumores cancerosos. Había descubierto
mis 5 tumores yo misma. Le pedí a mi marido que palpara mi cuello. El
tampoco encontró ningún tumor.
El jueves siguiente
tenía hora con mi oncólogo en Charing Cross Hospital de Londres. Me
examinó a fondo, sobre todo mi cuello donde estaba el bulto. Se
maravilló:"¡No lo encuentro!", dijo. Ningún médico, por lo visto, se
esperaba que nadie con mi tipo de cáncer al nivel que estaba (ya había
invadido el sistema linfático) que sobreviviera!
Mi especialista estaba
tan feliz como yo. Cuando al principio discutí mis ideas con él, estaba
comprensiblemente escéptico. Pero ahora utiliza mapas de China mostrando
la mortandad por cáncer en China en sus conferencias y recomienda una
dieta sin productos lácteos a sus pacientes!
Ahora pienso que la
relación entre los productos lácteos y el cáncer de mama, es similar a
la relación entre el fumar y el cáncer de pulmón. Creo que identificando
la relación entre el cáncer de mama y los productos lácteos y siguiendo
una dieta especifica para mantener la salud de mi mama y de mi sistema
hormonal, me curó.
Fue difícil para mi,
como lo podría ser para vosotras, el aceptar que una sustancia tan
"natural" como la leche, pueda tener implicaciones tan tremendas para la
salud. Revelaré los secretos de mi plan de acción revolucionario."
La convicción de Jane
Plant de que los productos lácteos pueden causar cáncer viene del
complejo químico de la leche. Toda la leche de mama humana o de
mamíferos, es un medio de transporte de cientos de componentes químicos.
Es una poderosa solución bioquímica, especialmente para proveer las
necesidades individuales del joven mamífero de la misma especie. Jane
dice: "No es que la leche de vaca sea un alimento malo. Es un gran
alimento, pero para terneros. No está destinado por la naturaleza para
ser consumido por ninguna otra especie que no sea un ternero.
Nutricionalmente es distinto de la leche materna humana y contiene tres
veces más de proteína y mucho más calcio".
La leche materna como la
leche de vaca, contiene productos químicos destinados a jugar un papel
importante en el desarrollo del bebé. Uno de estos productos -insulina
factor de crecimiento: IGF-1- hace que las células se dividan y se
reproduzcan. IGF-1 es biológicamente activo en humanos, sobre todo en la
pubertad, cuando el crecimiento es rápido. En chicas jóvenes, estimula
el tejido de la mama para que crezca y mientras sus niveles son altos
durante el embarazo, las hormonas prolactinas y estrógenos son también
activas, ensanchando los tejidos de la mama y aumentando los conductos
de la leche preparándola para amamantar.
Aunque la concentración y
secreción de estas hormonas en la sangre son bajas, ejercen un efecto
poderoso sobre el cuerpo. Todas estas hormonas están presentes en la
leche de vaca. La composición del IGF-1 es idéntica ya sea en la leche
humana o en la leche de vaca, pero sus niveles son naturalmente más
altos en la leche de vaca. También se encuentran en la carne de vaca.
Altos niveles de IGF-1 en humanos son considerados un factor de riesgo
para el cáncer de mama y la próstata. Un estudio de 1998 de mujeres
pre-menopáusicas, revela que aquellas que tienen los niveles más altos
de IGF-1 en sangre, corrían casi tres veces más riesgo para desarrollar
un cáncer de mama, comparadas con las mujeres con niveles bajos. Entre
mujeres por debajo de los 50, el riesgo se multiplica por dos.
Otros estudios
demuestran que altos niveles de IGF-1 en sangre en los hombres son un
indicador importante de cáncer de próstata. Es interesante saber que,
recientes medidas para mejorar la producción de leche ha aumentado los
niveles del IGF-1 en las vacas. El IGF-1 en la leche y en la carne
¿podría causar su reforzamiento en humanos, sobre todo a lo largo de una
vida, llevando a una división celular inapropiada?... Aunque producimos
nuestro IGF-1, ¿podría ser que las cantidades en demasía que ingerimos
de los productos lácteos producirían cáncer?
Jane Plant ya sabía que
el medicamento tamoxifeno, de alto perfil, utilizado en el tratamiento
del cáncer de mama, está pensado para reducir los niveles de IGF-1 que
circulan en sangre.
El IGF-1 no es destruido
por la pasteurización, pero críticos argumentan que es destruido por la
digestión, volviéndolo inofensivo. Jane piensa que la proteína
principal de la leche, la caseína, evita que esto ocurra y que la
homogenización, que evita que la leche se separe en leche y crema,
podría aumentar aún más el riesgo de hormonas que provocan el cáncer así
como otros productos químicos que alcanzarían la circulación sanguínea.
Ella también piensa que otros productos químicos de la leche de vaca
pueden ser responsables de enviar señales equivocadas a los tejidos
adultos.
¿Podría la prolactina
liberada estimular la producción de leche en vacas, tener un efecto
similar en tejidos de mama humana, provocando la misma respuesta y
causando que las células se volvieran confusas, estresadas y empezar
cometiendo errores, replicando su propio DNA? Estudios han confirmado
que la prolactina favorece el crecimiento de las células de cáncer de
próstata en cultivo.
Otra hormona, el
estrógeno, considerada uno de los principales factores de riesgo para el
cáncer de mama, está presente en la leche en pequeñas cantidades. Pero
aún niveles bajos de hormonas son conocidos por causar serios daños
biológicos. Cantidades microscópicas de estrógenos en nuestros ríos, son
suficientemente poderosas como para causar la feminización de muchos
machos de diferentes especies de peces. Mientras los estrógenos en la
leche no plantean un problema directo en los tejidos, pueden estimular
la expresión del IGF-1 de donde resulta el crecimiento de un tumor a
largo plazo.
Jane que ha encontrado
cada vez más apoyo a sus teorías de parte de los especialistas, dice que
ella no ataca a las teorías más ortodoxas. Ella intenta que su dieta
sea un complemento de las mejores terapias que se puedan encontrar en la
medicina convencional, y no una sustitución.
Ahora que estamos convencidos ¿qué debemos de comer en lugar de los productos lácteos? Plant recomienda:
• leche de soja (Todos no están de acuerdo. Ver más adelante)
• té de hierbas, semilla de sésamo, tofu, nueces, pescado, huevos orgánicos
• mucha fruta y verduras frescas, orgánicas (ensaladas, zumos o ligeramente al vapor)
Aconseja además un auto-examen de la mama, a fondo y con frecuencia
Algunos datos de interés sobre el cáncer y la dieta vegetariana:
1. La célula cancerosa
es anaeróbica, es decir, que no puede sobrevivir en presencia de altos
niveles de oxígeno. Existe un tratamiento con oxígeno, pero
particularmente, en casa, es importante respirar a fondo y bien en un
ambiente exterior sin polución. También hacer ejercicio si se puede.
2. Los tejidos cancerosos son ácidos. Los tejidos sanos son alcalinos. De donde la ventaja de una dieta vegetariana.
3. Es importante tomar antioxidantes: MAK, Vitamina C y E, coenzima Q10, selenium, germinación orgánica.
4. Purificación de
toxinas por hipertermia (sauna, elevación de la fiebre etc.). La célula
cancerosa muere a temperaturas alrededor de los 40º y 41º.
5. Las enzimas disuelven
la capa de proteína de la célula cancerosa haciéndola vulnerable al
ataque de los glóbulos blancos. Las enzimas más importantes son la
tripsina y la quimotripsina. Comer demasiadas proteínas y alimentos
refinados como azúcar blanca, harina blanca, arroz blanco, etc. vacía el
organismo de las enzimas pancreáticas, abriendo camino al cáncer. De
donde el interés de los alimentos integrales.
6. Vitaminas para luchar contra el cáncer:
La vitamina B17 mata las
células cancerosas sin dañar las células sanas. Se encuentra en: la
semillas de albaricoque, manzana, cereza, nectarina, ciruela, melocotón,
endrina; almendras amargas, grano de lino, cebada, garbanzo, lentejas,
maíz. Sin embargo, sin el suficiente zinc en el organismo, la vitamina
B17 no funciona. Los resultados son también mejores si se toma con
nutrientes como la vitamina C, las otras vitaminas B, vitamina A,
manganeso, magnesio y selenium. Los médicos que recetan la vitamina B17
en general, lo utilizan como parte de un programa total consistiendo en
una dieta, vitaminas, minerales, enzimas y ácidos grasos esenciales. Los
nombres alternativos de la vitamina B17 son amygdalin y laetril.
La vitamina F es la
omega-3 ácido graso. Se encuentra en: granos de lino, semillas de
sésamo, semillas de girasol, semillas de calabaza, germen de trigo,
germen de maíz, nueces.
La vitamina C estimula la formación de los linfocitos (hasta 10 g diarios, pueden triplicarlos).
La vitaminas E (antioxidante), A + D (para el metabolismo del calcio).
7. Los minerales que
ayudan incluyen el yodo para la función tiroidea, selenium
(antioxidante) 12- coenzima Q10 (antioxidante, estimula el sistema
inmunológico, fortalece el corazón, lo protege de los efectos tóxicos de
la quimio, equilibra la tensión arterial, ayuda a prevenir los efectos
secundarios de la quimioterapia. Una buena fuente de CoQ10 es el aceite
de sésamo, de germen de trigo, de maíz; cereales integrales, semilla de
soja, tofu, cacahuetes, semillas de sésamo...)
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