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En el emblemático año de 1984, el preclaro Isaac Asimov realizó un ejercicio profético respecto al 2019; sus pronósticos fueron sorprendentemente acertados
Isaac Asimov es uno de los autores más celebrados de la ciencia ficción, en especial de la llamada "época dorada" del género, la segunda mitad del siglo XX, cuando coincidió con otros escritores como,
Ray Bradbury Stanisław Lem Ursula K. Le Guin,
...entre otros.
Asimov fue un autor cuyo estilo descansó sobre todo en su conocimiento enciclopédico, que en el caso de sus obras literarias, fue fundamental para imaginar universos completos, planeados hasta el más mínimo detalle, que aun en su fantasía más extravagante ofrecen al lector la verosimilitud y el asombro necesarios para volver placentera la lectura.
Dicha erudición, que se expresó en la escritura de casi 500 libros sobre diversas historias, también hizo de Asimov un intelectual lúcido, capaz de entender el devenir humano y las contradicciones tanto de nuestra naturaleza como de nuestra historia.
Asimov fue un autor cuyo estilo descansó sobre todo en su conocimiento enciclopédico, que en el caso de sus obras literarias, fue fundamental para imaginar universos completos, planeados hasta el más mínimo detalle, que aun en su fantasía más extravagante ofrecen al lector la verosimilitud y el asombro necesarios para volver placentera la lectura.
Dicha erudición, que se expresó en la escritura de casi 500 libros sobre diversas historias, también hizo de Asimov un intelectual lúcido, capaz de entender el devenir humano y las contradicciones tanto de nuestra naturaleza como de nuestra historia.
En ese espíritu, en 1964
el escritor envió una colaboración a The New York Times con
el título "Visita a la Feria Mundial del 2014", en la cual imaginó
cómo sería el mundo 50 años después a partir de su presente.
19 años después, en la víspera de 1984 (otro año emblemático en la ciencia ficción), Asimov repitió este ejercicio de imaginación profética, esta vez para la revista The Star (Isaac Asimov was asked by 'The Star' 35 Years ago to Predict the World of 2019 - Here is what he Wrote), y describió el mundo como él supuso que sería en el año 2019.
19 años después, en la víspera de 1984 (otro año emblemático en la ciencia ficción), Asimov repitió este ejercicio de imaginación profética, esta vez para la revista The Star (Isaac Asimov was asked by 'The Star' 35 Years ago to Predict the World of 2019 - Here is what he Wrote), y describió el mundo como él supuso que sería en el año 2019.
El escritor comenzó sus
predicciones con una premisa necesaria, que a la postre se reveló
cierta:
Estados Unidos y la Unión Soviética evitarían entablar una guerra nuclear, pues eso significaría una situación de "miseria global".
Pasado ese punto, se
entregó a otros dos ejes que, a su parecer, dominarían el futuro:
la "computarización" de la vida la utilización del espacio exterior"Las computadoras se han vuelto ya esenciales para los gobiernos de las naciones industrializadas y para la industria mundial, y ahora están comenzando a encontrar su lugar en los hogares", escribió Asimov, con perspicacia notable, notando ya en aquel año que dichos dispositivos se volverían indispensables para el ser humano.
Asimov entendió esta
dependencia a las computadoras como efecto de la complejidad
adquirida por las sociedades modernas, a las cuales la computación
les ofrece cierta posibilidad de orden o, al menos, de no caer en el
caos.
Por ello, según el
escritor, en el futuro las sociedades,
"clamarían por la computarización como ahora claman por armas".
Sin embargo, el autor de
'Yo, robot' también vislumbró que dicha tendencia informática
transformaría radicalmente la idea de trabajo con la que el ser
humano había vivido en los últimos años y, consecuentemente, la
computarización de la vida,
"destruiría nuestras mentes",
...particularmente en
aquellos que por muchos años se esforzaron por encontrar un balance
con respecto al trabajo realizado que justamente las computadoras
vendrían a quebrar.
En cuanto al trabajo, Asimov supo ver que en esencia las computadoras y la informática "automatizan" diversos procesos de la existencia, que por su carácter mecánico o rutinario pueden ser dejados para su realización a máquinas y robots.
En cuanto al trabajo, Asimov supo ver que en esencia las computadoras y la informática "automatizan" diversos procesos de la existencia, que por su carácter mecánico o rutinario pueden ser dejados para su realización a máquinas y robots.
En ese sentido, el
escritor supuso que muchos trabajos relacionados con el ensamblaje o
la repetición simplemente desaparecerían. A cambio, en ese mismo
contexto, se volvería necesaria una educación amplia en procesos
computacionales.
De hecho, para Asimov ese
sería uno de los cambios fundamentales en la manera de educar a las
nuevas generaciones, una especie de "alfabetización computacional" a
la que aspirarían poblaciones enteras.
En este sentido, el
escenario sería similar al de la Revolución Industrial del siglo
XIX y la necesidad que ésta trajo de una gran cantidad de
personas educadas elementalmente, al menos para saber leer y
escribir, lo cual dio nacimiento a la noción de educación pública.
Con todo, para Asimov la particularidad del siglo XXI sería que la adaptación sería mucho más rápida, quizá más de lo que la sociedad sería capaz de realizar, lo cual dividiría a la población en dos grandes bandos:
Con todo, para Asimov la particularidad del siglo XXI sería que la adaptación sería mucho más rápida, quizá más de lo que la sociedad sería capaz de realizar, lo cual dividiría a la población en dos grandes bandos:
aquellos que pudieron educarse en las exigencias de la nueva sociedad computarizada aquellos que no...
Los primeros,
encontrarían un lugar en el mundo, pero para los demás, la
"transición" entre una y otra forma de organización social sería
dolorosa y angustiante.
Precisamente en el escenario de esa transición, Asimov atisbó estas posibilidades (las citas son textuales):
Precisamente en el escenario de esa transición, Asimov atisbó estas posibilidades (las citas son textuales):
Primero:La población continuará creciendo durante algunos años después de ahora, lo cual hará la transición aún más angustiante.Los gobiernos ya no podrán ignorar el hecho de que ningún problema puede resolverse en tanto aquellos problemas continúen agudizándose a una velocidad mayor de aquella con la que pueden tratarse.
En este aspecto, Asimov
consideraba que para 2019 existirían medidas para controlar la
tasa de natalidad mundial y así alcanzar cierta estabilidad en
el crecimiento poblacional.
Segundo:Las consecuencias de la irresponsabilidad humana en términos de desperdicio y contaminación se volverán cada vez más evidentes e intolerables; los intentos por tratar con esta situación serán más extenuantes.Es de esperarse que para 2019 los avances tecnológicos pongan en nuestras manos las herramientas para acelerar el proceso mediante el cual se revertirá el deterioro del medioambiente.
Tercero:Habrá una cooperación cada vez mayor entre naciones y entre los grupos dentro de las naciones, no por un surgimiento repentino de idealismo o decencia, sino por la certeza cruda de que algo menos que eso significará la destrucción para todos.
Y si bien este último
punto parecería positivo, para Asimov supuso también una oportunidad
para alimentar los conflictos entre naciones.
En suma,
En suma,
"la derrota por la vía de la sobrepoblación, la contaminación y el militarismo",
...fueron los tres
principales riesgos que el autor de la Trilogía de la Fundación
supuso que se presentarían en el año en el que nos encontramos.
Por otro lado, Asimov fue optimista en al menos un aspecto:
Por otro lado, Asimov fue optimista en al menos un aspecto:
la educación.
No por la escuela, sin
embargo, sino sobre todo gracias a la ubicuidad de las computadoras.
Según él, dado que en
cada casa habría un ordenador, especialmente los miembros más
jóvenes del hogar podrían aprender por su cuenta y a su ritmo todo
lo que quisieran, alentados únicamente por su curiosidad.
A este respecto es posible decir que el escritor acertó parcialmente, pues si bien los dispositivos con los que contamos en la actualidad en efecto nos permiten acceder a grandes acervos de conocimiento, en su mayor parte el uso que se les da no es precisamente para este fin.
En un tono igualmente optimista, Asimov escribió:
A este respecto es posible decir que el escritor acertó parcialmente, pues si bien los dispositivos con los que contamos en la actualidad en efecto nos permiten acceder a grandes acervos de conocimiento, en su mayor parte el uso que se les da no es precisamente para este fin.
En un tono igualmente optimista, Asimov escribió:
En tanto que las computadoras y los robots hagan el trabajo de la sociedad - para que así el mundo, en 2019, parezca cada vez más "manejarse por sí mismo" - más y más seres humanos se encontrarán viviendo una vida rica en ocio.
Asimov tuvo el mismo
sueño que Bertrand Russell a inicios del siglo XX y que los
utopistas ingleses del XIX antes:
que las máquinas nos "liberarían" del trabajo para así permitir que el ser humano alcance finalmente su realización.
Lo cierto es que, una
revolución tecnológica después de otra, cada progreso significa para
la vasta mayoría de la población humana más y más trabajo,
no "una vida rica en ocio"...
Finalmente, sobre el punto de la "utilización del espacio", Asimov auguró que para 2019 el ser humano regresaría a la Luna, no únicamente en una misión comandada por el gobierno estadounidense sino con un equipo más bien internacional.
Finalmente, sobre el punto de la "utilización del espacio", Asimov auguró que para 2019 el ser humano regresaría a la Luna, no únicamente en una misión comandada por el gobierno estadounidense sino con un equipo más bien internacional.
Asimismo, el escritor
supuso que el propósito de ese nuevo alunizaje ya no sería solamente
la exploración, sino una verdadera explotación del suelo lunar:
se encontraría una zona que permitiese la extracción de minerales que después serían transformados en cerámica, metales y concreto.
Según Asimov, la minería
en la Luna sería el primer paso para
su colonización.
En un arranque que hoy parece muy fantasioso, el escritor imaginó también que en el satélite natural de la Tierra se construiría una planta de recolección de energía solar, la cual sería enviada en forma de microondas a nuestro planeta.
Si bien en estos pronósticos Asimov equivocó sus dones de profeta, sobre su necesidad subyacente es posible que haya acertado.
En un arranque que hoy parece muy fantasioso, el escritor imaginó también que en el satélite natural de la Tierra se construiría una planta de recolección de energía solar, la cual sería enviada en forma de microondas a nuestro planeta.
Si bien en estos pronósticos Asimov equivocó sus dones de profeta, sobre su necesidad subyacente es posible que haya acertado.
En efecto:
para el escritor la colonización de la Luna o la planta de energía solar no eran accesorios o caprichos de nuestra especie, sino respuesta a la necesidad real de energía que se presentaría el planeta Tierra.Una especie de crisis frente a la cual la única solución sería el trabajo conjunto y en condiciones pacíficas entre todas las naciones del mundo.En caso contrario, el fantasma de la guerra aparecía inmediatamente.
La energía será tan
necesaria para todos y tan claramente entregada únicamente si las
naciones permanecen en paz y trabajan juntas, esa guerra se volvería
simplemente impensable, por demanda popular.
El texto de Asimov es aún más extenso y puede encontrarse en su idioma original aquí.
El texto de Asimov es aún más extenso y puede encontrarse en su idioma original aquí.
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